Dra. Kia Nobre

Dra. Kia Nobre

 

Translated by Omaris Velez Acevedo

Jefa Departamento de Psicología Experimental 

Directora Centro Oxford para la Actividad Cerebral Humana

Presidenta Comité de Estrategia de Neurociencia en Oxford

Profesora Asociada Colegio de St Catherine’s, Oxford

La carrera de la profesora Kia Nobre ha sido marcada por varios puntos decisivos (o "crisis tempranas de la vida", como ella les llama), pero la curiosidad ha sido una fuerza impulsora constante desde que era niña. Su interés por la mente humana surgió cuando ciertos malos juicios médicos dejaron a su hermano menor con parálisis cerebral y sin poder ver ni oír. Kia recuerda haberse preguntado cómo se sentía su mundo interior para él. Aunque su curiosidad por comprender el cerebro (y su mente) siempre estuvo ahí, no maduró formalmente para convertirse en un interés por la disciplina de la neurociencia hasta unos años después, durante sus estudios universitarios.

Elegir dónde estudiar para obtener su grado fue la primera "crisis temprana de la vida" de Kia, que en última instancia facilitó su introducción formal a la neurociencia. Su padre no quería que ella se fuera de su país de origen, Brasil, porque le preocupaba que nunca regresara. Al final, optó por Williams College, una pequeña universidad de artes liberales en Massachusetts, con el plan de regresar a su hogar después. Sin embargo, en ese momento no se imaginaba que su pasión por la neurociencia la llevaría al otro lado del mundo.

En Williams, quedó impresionada por un curso de “psicología fisiológica” (lo que hoy le llamaríamos “neurociencia del comportamiento”) y por su primera experiencia en un laboratorio. La neurociencia no existía como disciplina estándar en ese momento, así que esto era lo más parecido que había. Bajo la supervisión del profesor Paul Solomon, trabajó en el condicionamiento del parpadeo en conejos para estudiar el rol del hipocampo y el cerebelo en la memoria. A partir de ese instante, el esfuerzo de Kia por comprender el cerebro ha sido imparable.

Después de regresar a Río de Janeiro por un año para estar más cerca de su familia y amigos, comenzó un programa doctoral en Yale, emocionada de tener la oportunidad de experimentar diferentes laboratorios antes de comprometerse con un solo proyecto. Pasó dos años en el laboratorio del profesor Gregory McCarthy, estudiando la actividad del cerebro humano durante el procesamiento del lenguaje mediante el análisis de registros intracraneales obtenidos durante cirugías en pacientes epilépticos, así como mediante otros métodos de registro no invasivos (EEG y ERP, electroencefalograma y potencial relacionado con eventos, respectivamente) en participantes sanos.

Para esos tiempos, los neurocientíficos habían comenzado a reportar sobre la potenciación a largo plazo (LTP) en modelos animales, llamando atención a una base celular mediante la cual las conexiones entre las neuronas cambian dependiendo de la experiencia. Estos estudios y sus descubrimientos despertaron la curiosidad de Kia. Interesada en profundizar sobre los mecanismos subyacentes al funcionamiento del cerebro a nivel celular, Kia se unió al laboratorio del profesor Thomas Brown. Allí investigó los mecanismos de LTP utilizando registros de células individuales y microscopía confocal en el hipocampo de roedores.

Otra crisis fundamental se produjo al final del quinto año de su doctorado. Kia se dio cuenta de que, aunque interesantes, las preguntas que intentaba responder en el laboratorio de Brown no podían explicar el funcionamiento interno de la mente humana como ella esperaba. "[Eso] estaba demasiado lejos de mi alma científica", explica Kia. Regresó al laboratorio del profesor McCarthy y pasó un año intenso recopilando todos los datos necesarios para presentar su tesis doctoral.

Fue un momento muy emocionante para el regreso de Kia: el laboratorio de McCarthy fue el primero en publicar un estudio de resonancia magnética funcional (fMRI) cognitiva sin utilizar agentes de contraste (químicos inyectados que hasta entonces se utilizaban para mejorar la calidad de las imágenes), siendo pioneros en esta técnica de imagen. Kia decidió quedarse en el laboratorio para su primer postdoctorado, presenciando y contribuyendo a uno de los mayores avances en la neurociencia humana: el desarrollo de herramientas para observar el cerebro humano en funcionamiento. "Fue un momento dorado para mí [...] la sensación de estar en la frontera, descubrimiento y todo lo cambiante fue increíble".

Para su segundo postdoctorado, la curiosidad de Kia la llevó al laboratorio del profesor Marsel Mesulam entonces en Harvard, atraída por su enfoque de red a gran escala para la neurociencia humana. Allí, ayudó a iniciar estudios de resonancia magnética funcional sobre cognición y atención, centrándose en cómo las diferentes áreas del cerebro interactúan entre sí en lugar de considerar su actividad de forma aislada. Poco después, cuando el profesor Mesulam se mudó a Chicago, Kia enfrentó otro punto de inflexión crítico: ¿seguirlo (y ayudar a establecer otra instalación en Chicago) o seguir adelante por su propia cuenta? La elección no fue fácil y al final Kia decidió seguir su propio camino. Kia solicitó una cátedra en la Universidad de Oxford. Esto se combinó con una oferta de la primera Beca de Investigación Juvenil de Oxford en Psicología (en New College) la cual luego se convirtió en una Beca de Investigación independiente, lo que le permitió comenzar su carrera independiente en Oxford. (Desde entonces también ha mantenido un puesto adjunto vinculado al grupo de Mesulam en Chicago).

Para llevar a cabo imágenes del cerebro humano mientras estaba en Oxford, Kia colaboró ​​con el profesor Richard Frackowiak y otros miembros del pionero Laboratorio de Imágenes Funcionales del Colegio Universitario de Londres. Durante este tiempo, la instalación de imágenes cerebrales de Oxford todavía se estaba estableciendo y Kia instaló el primer laboratorio de neurofisiología humana no invasiva para estudios de EEG y ERP. Desde entonces, Kia ha permanecido en la Universidad de Oxford, desempeñando su rol en el avance de los métodos y descubrimientos de la neurociencia humana. Ahora es presidenta de Neurociencia Cognitiva Traslacional, directora del Centro de Oxford para la Actividad del Cerebro Humano y jefa del Departamento de Psicología Experimental.

Kia describe su camino de investigación como un arenero en constante evolución. Sus intereses científicos en los principios generales de la organización cerebral la han llevado a explorar el lenguaje y diferentes aspectos de la atención. A través de los años, también ve cómo cambia su enfoque de cómo "hacer" ciencia. Ahora, “Soy más una instructora o una líder de taller que una actriz o una instrumentista…” Como académica senior, Kia es reconocida internacionalmente y ocupa varios puestos de responsabilidad en su institución y en la comunidad científica global. “¿Es esto lo que quiero hacer para siempre?”, Kia se pregunta si pronto será el momento de tomar lo que ha aprendido en todos sus puestos y devolverlo a la ciencia, contribuyendo a conversaciones más amplias sobre el rol de la ciencia en la sociedad, la educación y las políticas. Kia aún no ha descifrado cómo abordar este punto de inflexión. No cabe duda de que sus contribuciones fundamentales a la comprensión de la mente humana seguirán siendo un legado importante en la ciencia. ¿Quién puede decir qué más traerá su próxima crisis disruptiva?

 
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