Dra. Tina Gremel
Profesora Asistente Departamento de Psicología, Universidad de California San Diego (UCSD)
Becaria Postdoctoral Instituto Nacional de Salud (NIH)
PhD en Neurociencia Conductual Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU)
Translated by Gabriela Rasch
La Dra. Christina “Tina” Gremel, como muchos que se adentran en la neurociencia, estaba originalmente destinada a ir a la escuela de medicina. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha de inicio, se daba cuenta de que lo temía. En cambio, descubrió que le encantaba ser una "rata de laboratorio", y así, decidió seguir una carrera en investigación. Años después de esa decisiva decisión, ahora es profesora asistente de Psicología en la Universidad de California, San Diego, donde su laboratorio estudia los circuitos de toma de decisiones en el cerebro y cómo las decisiones se convierten en acciones.
Tina tiene una rica historia en el estudio del comportamiento: desde la economía conductual de la autoadministración de drogas como estudiante de pregrado con Marilyn Carroll en la Universidad de Minnesota, hasta los procesos de aprendizaje pavloviano como estudiante de posgrado con Chris Cunningham en OHSU, y los procesos de aprendizaje auto-iniciado y sus circuitos neuronales subyacentes con Rui Costa y David Lovinger en el NIH. En su propio laboratorio en UCSD, está tratando de entender mejor los procesos auto-iniciados dirigidos a metas que subyacen a la toma de decisiones y cómo esos procesos son influenciados por diferentes factores como el contexto general o sustancias de abuso como el alcohol. Sorprendentemente, dice que están descubriendo qué pueden modelar la toma de decisiones en ratones de manera extremadamente precisa; a veces los ratones son muy buenos en ello, mientras que otras veces son bastante malos, al igual que los humanos. Siguiendo sus decisiones a lo largo del tiempo y con manipulaciones bien controladas, el laboratorio puede comenzar a entender algunos de los factores que están influyendo las buenas y malas decisiones de los ratones en diferentes momentos.
En su camino hacia la neurociencia, las decisiones de Tina a veces se tomaron sobre la marcha. Ella recuerda una experiencia cómica de inscribirse para tomar el GRE (examen de conocimientos generales para la universidad de posgrado en EEUU) con solo un día de anticipación y apresurarse para llegar a tiempo después de trabajar en el laboratorio. Cuando intentó aplicar a la escuela de posgrado, tuvo que enviar su solicitud de un día para otro para llegar justo antes de la fecha límite. Pero aunque algunas de estas decisiones se tomaron rápidamente, Tina es una pensadora clara cuyas decisiones en innumerables etapas de su carrera la ayudaron a llegar a donde está ahora.
Una de las decisiones que fue particularmente formativa para la carrera de Tina fue trabajar con Chris Cunningham en OHSU. Recuerda haber aprendido mucho de él, no solo en el diseño experimental meticuloso, sino también en cómo dirigir un laboratorio. Lo describe como un científico excepcional y una persona de inmensa integridad que no se alejaba de situaciones difíciles. Su tiempo en el laboratorio de Cunningham influyó enormemente en cómo modela su propio laboratorio en términos de integridad de los datos, reproducibilidad, y comunicación y trabajo en equipo dentro del laboratorio.
Tina se describe a sí misma como "fácilmente emocionada", especialmente cuando se trata de nuevos datos y hallazgos científicos atractivos. Recuerda cuando, como postdoctoral en el NIH, vio por primera vez evidencia de que sus ratones estaban realizando con éxito la tarea conductual que había diseñado y literalmente corrió por el pasillo frenéticamente buscando a alguien con quien compartir las buenas noticias (y esto no era un hecho poco común). Esta excitabilidad probablemente le ha servido bien en la ciencia, ya que los "momentos altos" que experimentaba con resultados interesantes la ayudaron a superar los tiempos difíciles cuando las cosas no funcionaban. Como investigadora principal de su propio laboratorio, la naturaleza entusiasta de Tina no ha cambiado. Se emociona tanto cuando sus estudiantes le traen nuevos datos como cuando ella misma los recogía como postdoctoral. Aunque esta emoción es completamente genuina, ella cree que puede tener el beneficio adicional de ayudar a sus estudiantes a desarrollar un ojo más crítico para compensar un poco su entusiasmo desmedido.
En resumen, la actitud positiva y "proactiva" de Tina le ha servido extremadamente bien en su carrera. A pesar de toda su excitabilidad y entusiasmo, incluso Tina recuerda haberse sentido muy cínica al terminar su posgrado debido a una creciente crisis financiera, una aparente escasez de empleos académicos y estar rodeada de otros estudiantes de posgrado igualmente desilusionados. Sin embargo, se mantuvo firme porque, a pesar de su cinismo, amaba su tiempo en la escuela de posgrado y la investigación que estaba haciendo. "Si realmente te encanta, simplemente lo haces", dice. Ella adopta un enfoque parecido en su vida fuera del laboratorio, manteniendo un estilo de vida activo lleno de correr, ciclismo y jardinería, y siendo madre de dos niños pequeños. Aunque reconoce que tener hijos inevitablemente limita la cantidad de tiempo que se puede pasar físicamente en el laboratorio, ella lo hace funcionar. "Es una lucha, pero vamos, esta es la vida... hay mucha alegría que se puede obtener en diferentes aspectos de tu vida, así que ¿por qué no aprovecharla?". Este tipo de entusiasmo por la vida y la ciencia es contagioso. Permea la manera en que Tina habla de su trabajo, y cualquiera que esté cerca de ella no puede evitar sentirse igualmente emocionado por lo que le depara el futuro a ella y a su laboratorio.