Dra. Wendy Campana

Dra. Wendy Campana

 

Translated by Eileen Collyer

Profesora Departamento de anestesiología, Universidad de California San Diego 

Becaria posdoctoral Universidad de California San Diego 

PhD en endocrinología/biología celular Universidad Estatal de Pennsylvania 

Siendo una atleta, el primer interés en la ciencia de la Dra. Wendy Campana ocurrió desde la perspectiva de una maratonista. Se sintió intrigada por la bioquímica de la nutrición y el metabolismo – como el cuerpo puede usar la energía para el máximo rendimiento – y persiguió sus intereses como estudiante de pregrado en la Universidad de California, Berkeley. A pesar de siempre haber estado enamorada de la academia y el idealismo intelectual de la torre de marfil, estas preguntas científicas pronto se convirtieron en la fuerza vital de su vida. Sabía que quería una carrera en investigación. 

Wendy siguió su interés por la nutrición con un posgrado en la Universidad Estatal de Pennsylvania (Pennsylvania State University), enfocando su trabajo en la lactancia. Inicialmente ella pensó que encontraría los aspectos nutricionales de la producción de leche materna extremadamente fascinantes, sin embargo, se encontró enamorándose de la biología celular, especialmente con las interacciones de los receptores de la superficie celular. Esta pasión la seguiría hasta su entrenamiento posdoctoral en el laboratorio del Dr. John O’Brien en la Universidad de California, San Diego (UCSD) – su primera incursión en la neurociencia. En ese momento, el laboratorio O’Brien estaba especialmente interesado en las prosapasinas, moléculas que estimulan la regeneración y viabilidad celular. A pesar de nunca haber trabajado con neuronas, la experiencia de Wendy como bióloga celular le permitió triunfar. 

Eligió estudiar las prosapasinas en las células de Schwann, células formadoras de mielina del sistema nervioso periférico, porque el resto del laboratorio estaba enfocado en el sistema nervioso central. A pesar de que Wendy no estaba particularmente interesada en las células de Schwann en específico, se sintió atraída por la idea de forjar su propio nicho dentro de este gran laboratorio, dándole mayor libertad para llevar el proyecto en la dirección que ella quisiera. Fue una decisión providencial. Este nicho no solo le permitió escribir numerosos proyectos independientes, sino que además significaba que podía llevarse el proyecto cuando empezara su propio laboratorio. Recordando esto, Wendy aconseja a sus nuevos aprendices posdoctorales tratar de hacer lo mismo: “encontrar un nicho y elegir al mentor que esté dispuesto a dejarlo ir!”. Wendy construyó su nuevo laboratorio sobre los cimientos de su trabajo postdoctoral y aún continúa estudiando las células Schwann – ¡que resultaron ser inmensamente interesantes!

Wendy es profesora en el Departamento de Anestesiología y miembro de la facultad del programa de Postgrado en Neurociencia en la Universidad de California en San Diego (UCSD). Su laboratorio estudia las respuestas celulares y moleculares de los nervios periféricos tras un daño, enfocándose en las células de Schwann y su poco apreciado rol en el dolor neuropático. En el manejo de su propio laboratorio, Wendy trata de emular a su mentor postdoctoral en algunas formas, mientras que, en otras, forja su propio estilo. John O’Brien fue particularmente influyente en el desarrollo de su confianza. “Lo que aprendí de él fue: trabaja duro, no pierdas de vista tus sueños y no dejes que la gente te distraiga. La gente te dirá ‘esa es una idea loca’ – si tu piensas que es una buena idea, síguela. Demuéstrales que están equivocados, o demuéstrales que estaban en lo correcto, pero sigue hacia adelante”. Sin embargo, a diferencia de John que prefería un modelo jerárquico para su numeroso laboratorio, Wendy prefiere mantener su laboratorio pequeño y fomentar el trabajo en equipo. “Yo quiero [que mis estudiantes] sientan que están construyendo algo conmigo”, dice, estresando la idea de que todos tienen una voz en las reuniones de laboratorio y que le encanta escuchar las ideas de sus estudiantes acerca del enfoque de los nuevos proyectos. 

Además de su mentor postdoctoral, otra importante mentora en la vida de Wendy fue la Dra. Eva Feldman, neuróloga a la cual conoció en una conferencia cuando durante su entrenamiento posdoctoral. Eva se mostró entusiasmada con la presentación de Wendy y eso creó un vínculo que duraría toda la carrera de Wendy. Eva se volvió alguien a quien Wendy podía pedir consejo acerca de distintos problemas, sobre todo problemas de género. “Estaba muy contenta de conocer a una mujer con mayor rango – no había muchas a mi alrededor.  Probablemente en ese momento no lo sentía necesario [tener una mentora], pero gravitaba alrededor de ella, así que quizás en un nivel subconsciente si lo necesitaba”. Wendy ha continuado el legado como mentora, cambiando el escenario del programa de residencia en anestesiología en la UCSD haciéndolo más amigable para las mujeres. Durante su transición de profesor asociado a profesor titular, recibió el premio a la trayectoria de la Asociación de Mujeres en Colegios de Medicina Americanos y posteriormente co-fundó la Sociedad para el Desarrollo de las Mujeres en Anestesiología (SAWA por sus siglas en inglés). En ese momento, la UCSD recibía un número equivalente de postulaciones de mujeres y hombres en su programa de residencia en anestesiología, sin embargo, la cohorte de mujeres enroladas en el programa era de menos del 20%, lejos del (aún abismal) promedio nacional de 29%. Las mujeres no estaban eligiendo la UCSD. 

La idea detrás del programa “de aceleración” de la SAWA era muy simple – un grupo de mujeres residentes, posdoctorantes, y facultativas se juntarían tres veces al año para discutir entre ellas y con panelistas invitados los problemas que estaban enfrentando en sus carreras. Era muy simple, pero efectivo. A pesar de algunas actitudes negativas de la “vieja guardia” de hombres en el campo, el programa de aceleración fue muy exitoso. Solo cinco años desde el inicio de la SAWA, más del 60% de las mujeres postulantes a residencias decidieron aceptar la oferta en la UCSD, a pesar de que el programa seguía recibiendo la misma cantidad de aplicaciones de mujeres y hombres, catapultando el programa por sobre el promedio nacional. Las postulantes se sentían bienvenidas, viendo que existía un foro en el cual las opiniones de las mujeres podían ser escuchadas. Tras este éxito, Wendy se asoció con la profesora de sociología Dra. Mary Blair-Loy para crear el Centro de Investigación de Género en Ciencia Tecnología Ingeniería Matemática y Medicina (STEMM por sus siglas en inglés), aplicando el modelo de aceleración de la SAWA a todos los departamentos en la Escuela de Medicina. Wendy es ahora directora de este grupo de mujeres que abarca todos los departamentos de Ciencias de la Salud de la UCSD.

Cuando no está ocupada dirigiendo su laboratorio o cambiando la cara de la Escuela de Medicina, probablemente encontrarán a Wendy con su esposo y su perro o corriendo. “Hay algo único acerca de correr. Probablemente son las endorfinas” reflexiona. “Resuelvo problemas cuando corro – es un lugar único para hacerlo sin interrupciones”. Correr ha sido una constante en la carrera y vida de Wendy. Otra constante ha sido su atracción por la academia y la famosa torre de marfil. Mientras Wendy ha hecho de la torre de marfil su casa, no se ha quedado cruzada de brazos. En cambio, ella ha sido fundamental en generar el cambio desde adentro, haciendo de la escuela de Ciencias de la Salud de UCSD un lugar más acogedor y accesible para las mujeres. 

 
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