Dra. Farah Lubin
Translated by Gabriela Rasch
Profesora Asociada Escuela de Medicina de Heersnick, Universidad de Alabama en Birmingham
Becaria Postdoctoral Facultad de Medicina Baylor y Universidad de Alabama en Birmingham
PhD en Biología celular/molecular e inmunología Universidad SUNY Binghamton
Desde la inmunología hasta la neurociencia, Farah Lubin siempre ha seguido su pasión, y ha descubierto en el camino cómo tener una perspectiva interdisciplinaria puede tener un gran impacto.
Farah completó su PhD en biología celular y molecular en la Universidad Estatal de Nueva York, Binghamton, donde se especializó en inmunología. Sin embargo, cuando se fijó en posiciones postdoctorales, se sintió atraída por la neurociencia porque representa el pináculo de la ciencia biológica y fisiológica. Farah recuerda un comentario impactante de un neurocientífico senior: “Si no lo has hecho en el cerebro, no lo has hecho en absoluto.” En cada entrevista de postdoc, su fascinación con el cerebro siguió creciendo. Animada por su mentor de doctorado, Farah se dispuso a descubrir cómo su conjunto de habilidades en inmunología y genética molecular podría aplicarse a un objetivo nuevo y desafiante como entender el cerebro. A pesar de que las técnicas inmunológicas ahora están muy extendidas en la neurociencia, en el momento en que Farah estaba buscando posdoctorados, el ahora floreciente campo de la neuroinmunología aún no había nacido. Poco sabía, que ella estaba al borde de algo grande.
Temprano en su transición a la neurociencia, Farah se dio cuenta de que el cerebro trabajaba diferente a los sistemas con los que ella previamente había trabajado. Las células del cerebro no respondían a las técnicas inmunológicas típicas como las células epiteliales a las que estaba acostumbrada; los anticuerpos tienen diferentes efectos dependiendo del tipo de tejido. Además, notó que la prevalencia de muchas herramientas moleculares en neurociencia, como la proteína de unión al elemento de respuesta cAMP (CREB, por sus siglas en inglés) utilizada para estudiar los cambios epigenéticos en las neuronas, había tenido un gran impacto en la dirección de la investigación en el campo. “La gente da forma a sus teorías dependiendo de las herramientas disponibles”, dice ella. Sin embargo, el hecho de que herramientas como CREB estén muy extendidas y sean fáciles de usar no significa que no haya un arsenal oculto de otros tipos de proteínas, factores de transcripción y objetivos genéticos disponibles para las neurocientíficas. Como una forastera mirando hacia adentro, ella sabía que algo tenía que cambiar. ¿Qué tal si hubiera otras moléculas allí afuera que no se estuvieran utilizando en su máximo potencial? Y lo que es más importante, ¿cómo influyeron las herramientas estándar utilizadas en la neurociencia molecular a las teorías y experimentos esenciales del campo?
Con estas preguntas en mente, Farah comenzó su primer posdoctorado en Baylor College of Medicine en Houston, Texas con la Profesora Anne Anderson. En Baylor, ella investigó las propiedades del factor nuclear kappa B (NF-κB, por sus siglas en inglés), otro factor transcripcional, en la epilepsia. Usando cultivos de explantes de hipocampo y modelos de epilepsia en ratones en vivo, descubrió que NF-κB, una molécula tradicionalmente asociada con la inflamación, juega un papel clave en la susceptibilidad a las convulsiones. Al asociar una molécula que se había utilizado casi exclusivamente como indicador de inflamación con un estado de enfermedad neurológica, Farah comenzó a descubrir la riqueza de las técnicas inmunológicas en la neurociencia molecular. En este punto, la perspectiva interdisciplinaria que científicas como Farah habían aportado a la neurociencia comenzó a repercutir en todo el campo, marcando el nacimiento de la neuroinmunología.
En su segundo postdoctorado en la Universidad de Alabama, Birmingham (UAB), Farah continuó investigando la epigenética molecular, enfocándose esta vez en la relación entre la memoria y regulación epigenética de ciertos factores de transcripción. En ese momento, Farah estaba trabajando en las fronteras más emocionantes de la epigenética en el aprendizaje y la memoria. Descubrió que el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) está regulado epigenéticamente en la consolidación de la memoria. Sin embargo, mientras estudiaba los mecanismos epigenéticos subyacentes a la memoria, Farah comenzó a preguntarse cómo la base molecular de la memoria podría ser diferente en las regiones del cerebro afectadas por la epilepsia, un tema que eligió seguir cuando comenzó su propio laboratorio.
Ahora, como profesora asociada en la UAB, Farah y su laboratorio estudian la epigenética, la memoria y la epilepsia utilizando enfoques que van más allá del seguimiento de los mecanismos epigenéticos tradicionales como la metilación y la acetilación del ADN. Las técnicas de su laboratorio tienen en cuenta los roles multidimensionales de diferentes factores de transcripción, sus acciones únicas en diferentes tipos de células y los efectos complejos de algunas moléculas en la función de memoria patológica y saludable. Su investigación está impulsada tanto por la exploración como por la teoría. Además, su investigación exploratoria genera grandes cantidades de datos que comparte libremente públicamente, una filosofía de ciencia abierta que fomenta por el bien de la replicabilidad y la eficiencia en la ciencia.
En cada punto de su carrera, Farah se ha visto impulsada por su pasión por la ciencia y ha seguido su curiosidad hasta la vanguardia de la neuroinmunología moderna y la neurociencia molecular. Sin embargo, ella siempre se ha enfrentado a los detractores. “En cada paso del camino, alguien ha dicho que no puedo hacerlo. Alguien ha dicho que o no podría obtener mi doctorado o que no sería una científica exitosa”. De manera frustrante, gran parte de la oposición que enfrentó tuvo que ver con sus colegas y compañeros sintiendo simpatía por los obstáculos que finalmente enfrentaría debido directamente a su raza y género. Le dijeron que "siempre serás vista como una mujer negra que ha tenido éxito porque eres una mujer negra" y "que de alguna manera las cosas me fueron dadas", reflexiona. Esta percepción es particularmente destacada cuando da charlas y se la felicita por ser la “primera mujer negra” o la “primera afroamericana” en dar una charla en una conferencia determinada en lugar de ser celebrada por la calidad del trabajo que acaba de presentar. “Me desconcierta a menudo, y eso sucede mucho”.
Aunque Farah ha mantenido su optimismo, humor y generosa consideración de los comentarios bien intencionados, también sabe que hay un grupo de jóvenes científicos de origen minoritario que quieren poder hacer ciencia excelente, sin ser destacados como ella le ha tocado. Para asegurarse de que estos estudiantes tengan el apoyo y la tutoría compasiva que necesitan, se desempeña como directora del Programa de becarios “Roadmap Scholars” de neurociencia del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) en la UAB. El programa Roadmap Scholars busca combatir la falta de diversidad en el mundo académico mejorando el compromiso y la retención de estudiantes de postgrado subrepresentados. Al trabajar con Roadmap y administrar su propio laboratorio de jóvenes científicos talentosos, Farah se asegura de que cualquiera que ame la ciencia pueda seguir su pasión hasta la cima de su campo, tal como ella lo ha hecho.