Dra. Gabrielle Gutierrez 

Dra. Gabrielle Gutierrez 

 
  • Becaria Postdoctoral  Ecole Normale Supérieure y University of Washington

  • PhD en Neurociencia Brandeis University

Translated by Sabrina Santos

La Dra. Gabrielle Gutiérrez era estudiante de último año en Barnard College cuando tomó un descanso de estudio que cambió toda su trayectoria académica. Aunque había tomado algunos cursos introductorios de neurociencia y biología molecular al principio de la universidad, estaba más interesada en matemáticas y física y había declarado que esta última sería su especialidad. Durante su último año, estaba trabajando en un conjunto de problemas para un curso de ondas y óptica cuando decidió asistir a un seminario impartido por Nancy Kopell sobre oscilaciones en el cerebro. Gabrielle estaba completamente fascinada: «No tenía idea de que el cerebro era un lugar [donde] se podía aplicar la física». Esto marcó el comienzo de su viaje tras una carrera en neurociencia teórica.

Después de graduarse de Barnard, Gabrielle decidió hacer un doctorado en Brandeis con el Dr. Larry Abbott. Fue uno de los autores de Neurociencia Teórica, un libro de texto formativo que leyó cuando era estudiante. En este libro de texto había "un montón de cosas que [ella] aún no sabía", y razonó que la escuela de posgrado con uno de los autores era la forma de acceder a esa información. Si bien los programas en ese momento no se centraban exclusivamente en la neurociencia computacional, Gabrielle sabía que esto era en lo que quería trabajar en el laboratorio de Abbott. Sin embargo, en un “giro de ironía”, los dos terminaron cambiando de lugar: justo cuando Gabrielle se fue de Nueva York a Brandeis, Larry Abbott trasladó su laboratorio a Columbia.

Si bien esto no era lo que había planeado Gabrielle, ella lo llama un "golpe de suerte", ya que terminó en el laboratorio de la Dra. Eve Marder. Allí, se benefició de una formación científica excepcional y mentoría. Para su trabajo de posgrado, Gabrielle usó electrofisiología para estudiar el ganglio estomatogástrico del cangrejo. Este trabajo le enseñó a no juzgar un sistema modelo por su portada: se dio cuenta de que podía comenzar a responder preguntas fundamentales de neurociencia a partir de organismos y sistemas simples. Aprendió técnicas de laboratorio y cómo construir modelos computacionales de redes de neuronas más pequeñas. Gabrielle también describe a la Dra. Marder como una “súper mentora” que la apoyó durante los altibajos de su doctorado. Tener un mentor que pudiera relacionarse con ella, alentarla y, lo más importante, enseñarle a no internalizar los prejuicios de los demás, fue fundamental para el éxito de Gabrielle durante la escuela de posgrado.

Después de graduarse, Gabrielle supo que quería explorar diferentes facetas de la investigación en neurociencia. Luego realizó un postdoctorado en el laboratorio de la Dra. Sophie Deneve, del Grupo de Teoría Neural, en el Ecole Normale Supérieure en París. Esta experiencia la obligó a salir de su zona de confort en más de un sentido. Además de mudarse al extranjero y tener que aprender a navegar tanto un nuevo idioma como una cultura, la investigación de Gabrielle en el laboratorio de Deneve se alejó mucho de su doctorado. Su trabajo pasó de modelar el cerebro a nivel de canales iónicos al nivel de pensamientos, lo que casi hizo que su trabajo postdoctoral se sintiera como un segundo doctorado. “Fue realmente una gran experiencia poder tener una aventura así, y entrar con tanta valentía e ingenuidad en todo tipo de incógnitas.

Aunque pudo sumergirse en la investigación que amaba, su posdoctorado también fue uno de los puntos más difíciles de su carrera. Ella recuerda un verano desafiante en un curso de neurociencia computacional, donde tuvo que equilibrar la ansiedad y el síndrome del impostor con las rigurosas demandas académicas del curso. El material le resultaba familiar y ella estaba estudiando exactamente lo que amaba, pero "no podía deshacerme de este sentimiento de que no pertenecía allí". Este sentimiento fue reforzado por una experiencia formativa que tuvo en la cena de despedida de celebración, donde un miembro de la facultad la llevó a un lado y le dijo que probablemente este no era el campo para ella. Después de un verano difícil, esta conversación confirmó todas las dudas de Gabrielle sobre sí misma, y ​​se preguntó si debería estar en neurociencia computacional o en ciencia.

A Gabrielle le tomó mucho tiempo dejar atrás esta experiencia. Pensó en bajarse del tren académico y conseguir un trabajo en la industria, pero cada vez que consideraba dejar la academia, simplemente no podía imaginarse haciendo otra cosa. Finalmente decidió redoblar su búsqueda de la neurociencia computacional y obtuvo otro puesto de postdoctorado en el departamento de matemáticas aplicadas de la Universidad de Washington. Co-asesorado por los Dres. Eric Shea-Brown y Fred Rieke, Gabrielle usa la teoría de la información para comprender cómo los circuitos neuronales codifican la información sensorial. Desarrollada originalmente para estudiar la comunicación telefónica, la teoría de la información tiene en cuenta que un sistema tiene una cierta cantidad de ancho de banda, junto con mucho ruido, y estudia cómo se transmite una señal significativa a su destino final. Ella aplica esta teoría al sistema visual, tratando de entender cómo la retina codifica el mundo visual y transforma las señales visuales para que los mensajes no sean ambiguos.

Ahora, la carrera académica de Gabrielle ha cerrado el círculo: regresa a Barnard como miembro de la facultad en el nuevo departamento de neurociencia de la universidad. El trabajo de su laboratorio se basará en gran medida en lo que aprendió en el laboratorio de Marder sobre las formas en que los neuromoduladores y los procesos de adaptación cambian las funciones de los circuitos, particularmente en diferentes contextos. Ella espera que su carrera culmine en la comprensión de los mecanismos por los cuales los circuitos neuronales codifican la información sensorial.

Mientras se prepara para comenzar su propio laboratorio, Gabrielle se muestra inflexible en adoptar el enfoque de mentoría opuesto al que encontró en el curso de verano. Ella reflexiona: "Simplemente no creo que a nadie se le deba decir algo como [lo que me dijeron]", y opta por emular el tipo de mentoría y aliento que recibió durante su formación, especialmente de su mentora de doctorado. Ha sido necesaria mucha reflexión por parte de Gabrielle para darse cuenta de que ella, y muchas otras jóvenes aprendices, a menudo se mantienen a sí mismas con estándares más altos que los demás. Aunque no lo sabía en ese momento, ahora también se da cuenta de que el entorno de Barnard como una universidad de mujeres fue formativo para respaldar su crecimiento científico, y planea retribuirlo a sus propios aprendices: “Con suerte estaré dando forma a una nueva generación de jóvenes mujeres, que pueden haber estado tan inseguras como [yo], y que tienen mucho potencial ". Su objetivo como profesora es llegar a muchas mujeres jóvenes que pueden dudar de su idoneidad en el mundo de la neurociencia computacional y darles la oportunidad de tener éxito.

 
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