Dra. Kara Marshall

Dra. Kara Marshall

 

Translated by Ivette Martorell-Serra

Cuando la Dra. Kara Marshall entró por primera vez a un laboratorio de neurociencia como estudiante universitaria, le asignaron la tarea poco glamurosa de “exprimir” - o ayudar manualmente a vaciar - las vejigas de ratas que se recuperaban de lesiones de médula espinal. Años más tarde, la carrera de Kara cerró un círculo de manera fantástica: durante su beca postdoctoral, descubrió los mecanismos celulares subyacentes a la sensación de estiramiento de la vejiga y la micción. Sin embargo, fue en gran medida una coincidencia que su formación científica comenzara y terminara con la vejiga. Kara ha sido impulsada a lo largo de su carrera por una fascinación mucho más amplia por el sistema nervioso periférico, un tema a menudo relegado a la periferia de la mente de la mayoría de los neurocientíficos. Pero Kara ha prosperado en este nicho. Ahora se dispone a iniciar su propio laboratorio en el Colegio de Medicina Baylor, entusiasmada por profundizar en las preguntas de cómo el cuerpo y el cerebro perciben y responden a la sensación interna.

Assistant Professor Department of Neurobiology, Duke University

Postdoctoral Fellow Harvard University

PhD in Neuroscience University of California San Diego

Kara heredó un interés en biología de su madre. Cuando Kara era joven, su madre tomaba clases nocturnas para completar su carrera universitaria, y se especializaba en biología. A Kara le encantaba ayudar a su madre a estudiar, incluso cuando esto suponía memorizar las estructuras de todos los aminoácidos. “Le digo que ella me ha convertido en la empollona que soy hoy”, Kara dice con una sonrisa. En la universidad, Kara se unió a un laboratorio de neurociencia, atraída por el cerebro por su control sobre tantos aspectos de la fisiología. Estudió el dolor después de lesiones de médula espinal y cómo las entradas periféricas afectan la recuperación motora. Esta experiencia fue formativa, ya que llenó a Kara de un gran interés en el sistema nervioso periférico, una curiosidad que ha impulsado su investigación desde entonces.

Después de graduarse, Kara empezó un doctorado en neurociencia en el Colegio de Medicina Baylor y se unió al laboratorio de la Dra. Ellen Lumpkin, centrado en la percepción del tacto. Durante el tercer año de su doctorado, Kara se enfrentó a una decisión difícil. Ellen estaba trasladando su laboratorio a la Universidad de Columbia, y Kara tuvo que decidir entre unirse a Ellen en Nueva York o cambiar de laboratorios. Finalmente, tomó la decisión de ir a Nueva York, pero fue más disruptivo para su trayectoría de lo que se había imaginado. En Columbia, Kara comenzó a trabajar en un proyecto completamente nuevo, y tuvo que empezar de nuevo en otros aspectos también, incluyendo volver a tomar sus exámenes de calificación. Pero eventualmente Kara encontró su ritmo. Descubrió que las neuronas receptoras del tacto que inervan las células de la piel esencialmente se degeneran y vuelven a crecer cada vez que la piel se renueva. Este trabajo elucidó la notable plasticidad en el complejo neuronal-epitelial responsable del sentido del tacto. En un proyecto completamente diferente, Kara también estudió cómo el sistema nervioso inerva el ala del murciélago, descubriendo neuronas sensoriales organizadas en una posición para informar sobre el flujo de aire y el tacto. Aunque gran parte de su trabajo de posgrado podría considerarse "descriptivo", Kara argumenta con razón que el trabajo descriptivo no merece la connotación negativa que a veces se le atribuye. "Nadie dice: 'Uf, el trabajo de Ramón y Cajal fue tan descriptivo'". El trabajo descriptivo tiene un valor excepcional, y solo una vez que se ha descrito un fenómeno se pueden descubrir sus mecanismos de acción subyacentes.

Finalmente, Kara completó su doctorado en Columbia después de sus años en Baylor. Bromea diciendo que le gusta pensar en su tiempo en Baylor como un puesto de técnico de laboratorio, para que su doctorado no parezca tan largo. Pero en realidad, Kara reconoce las formas en que creció como persona y científica a lo largo de su larga estancia en la escuela de posgrado. Ella cree que la preparó para su posdoctorado de maneras que un doctorado típico no lo habría hecho. Además, ganó dos redes de contactos, en Texas y en Nueva York, en un período en el que la mayoría de los estudiantes en formación desarrollan solo una. Su red en Baylor se volvió especialmente importante cuando estaba en el mercado laboral, y está encantada de unirse a una comunidad con la que tiene fuertes lazos desde sus primeros años de posgrado. Así que, aunque el traslado destaca como un desafío difícil durante su carrera, también estuvo lleno de oportunidades.

Después de su doctorado, Kara comenzó un postdoctorado con el Dr. Ardem Patapoutian en el Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla. En el laboratorio de Ardem, quedó fascinada por las formas en las que el cuerpo siente fuerzas internas como la presión arterial y el estiramiento. Descubrió que PIEZO2, un mecanorreceptor identificado por primera vez por el laboratorio de Patapoutian años atrás, es necesario para la sensación de estiramiento de la vejiga - esa sensación que el cerebro identifica como la necesidad de orinar. Kara descubrió que PIEZO2 se expresa tanto en las células uroteliales del revestimiento de la vejiga como en las neuronas sensoriales que la inervan, y estas células trabajan en conjunto para alertar al cerebro de que la vejiga se está llenando. Ahora que empieza su propio laboratorio, Kara utilizará este trabajo como punto de partida. Si bien su investigación postdoctoral se centró en la sensación de estiramiento en la vejiga sana, Kara también está interesada en cómo la sensación interna puede fallar. Ella planea estudiar (entre muchas otras cosas) los mecanismos subyacentes a la cistitis, una afección en la que el llenado de la vejiga causa dolor. Aunque es una científica de mecanismos básicos, Kara encuentra motivación en las conexiones con la salud humana, particularmente en estudiar cómo la señalización interna disfuncional del cuerpo podría interrumpir procesos diarios importantes. En última instancia, también le gustaría comprender no solo cómo funciona la sensación interna en diferentes órganos, sino también cómo el cerebro utiliza esa información para gobernar la fisiología y el comportamiento.


Aunque tiene una clara idea de sus objetivos de investigación generales, Kara piensa que las ideas para proyectos individuales probablemente cambiarán a lo largo de los años. Kara no se identifica como el tipo de científica que elige una pregunta y luego persigue la respuesta implacablemente hasta que la resuelve. En cambio, le gusta explorar varias vías científicas y luego seguir los datos más sorprendentes y atractivos. Ella imagina su laboratorio como algo más que la suma de sus partes, con sus miembros elevándose mutuamente a través de su retroalimentación y diversas curiosidades. Debido a esto, Kara le otorga una alta prioridad a la creación de un ambiente de laboratorio en el que todos se sientan cómodos comunicándose: intercambiando ideas e identificando posibles obstáculos antes de que surjan. Bajo la guía de Kara, y con su creatividad desenfrenada como inspiración, el laboratorio Marshall sin duda llegará a expandir los límites del conocimiento en el campo de la interocepción.

 
Dra. Kaela S. Singleton

Dra. Kaela S. Singleton