Dra. Brenda Bloodgood

Dra. Brenda Bloodgood

Profesora Asociada Departamento de Biología, Universidad de California, San Diego

Becaria Posdoctoral Facultad de Medicina de Harvard

PhD en Neurobiología Facultad de Medicina de Harvard

Translated by Yolanda Gomez Galvez

Imagina que estás andando por el bosque y escuchas pájaros cantando. De repente, el sonido se para. Los pájaros pronto empiezan a cantar otra vez, pero te das cuenta de que la canción es diferente. ¿Qué significa la nueva canción? ¿Una señal de apareamiento o de peligro? ¿Cómo podrías comprobar esto? Cuando el estudiante de universitario de posgrado que enseñaba Neurociencia conductual en el Programa de Honores en Ciencias de la Universidad de Columbia para estudiantes de secundaria hizo esta pregunta, una joven estudiante llamada Brenda Bloodgood tentativamente levantó su mano. Ella propuso poner uno de los pájaros en una jaula grande cerca de una gran pantalla de television, mostrando videos de depredadores o pájaros del sexo opuesto, y grabar el tipo de canción que el pájaro producia. El estudiante universitario estaba claramente impresionado y le dijo a Brenda que eso es exactamente lo que los investigadores habían hecho. En ese momento, Brenda decidió que ella quería ser una neurocientífica. No solo ella encontraba los conceptos de la clase interesantes, pero también era evidente que ella podía pensar en lo que un neurocientífico hizo. 

Hoy, la Dra Brenda Bloodgood es una profesora asociada de Neurobiología en la Universidad de California, San Diego (UCSD). Ella comenta lo excepcional que fue tener esa idea brillante como estudiante de secundaria, pero también que las brillantes ideas nunca se acabaron: ella nunca dejó de querer ser neurocientífica. Admite que el camino no fue siempre claro. Como estudiante de medio tiempo en un colegio comunitario de California, cada vez que Brenda mencionaba sus aspiraciones profesionales, tenía la sensación de que los demás pensaban que era más un sueño que una meta alcanzable. Después de ir a UCSD para completar su licenciatura, Brenda acabó trabajando lavando y autoclavado (esterilizando) material de vidrio en el laboratorio del Dr. Ed Callaway en el Instituto Salk. No pasó mucho tiempo antes de que interactuara con los alumnos de Ed, haciendo muchas preguntas y permaneciendo en el laboratorio hasta altas horas de la noche para ver experimentos. Sus impresiones como estudiante de secundaria no estaban equivocadas: ¡la neurociencia era tan interesante como había imaginado, y era algo con lo que la gente se ganaba la vida! Brenda se ha ganado la vida con ello desde entonces.

Hoy, en su propio laboratorio, Brenda se enfoca en intentar entender cómo los circuitos cerebrales cambian en respuesta a la experiencia. Por ejemplo, ¿cómo un evento en particular durante la infancia puede influenciar a alguien siendo adulto? Su laboratorio aborda estas preguntas centrándose en la interacción entre naturaleza y crianza, estudiando cómo la experiencia puede alterar la expresión de genes que regulan la función sináptica. Esta amplia pregunta es una combinación de perspectivas obtenidas de su trabajo como estudiante: sobre las propiedades biofísicas sinápticas como estudiante universitary de posgrado con el Dr. Bernardo Sabatini y sobre los factores de transcripción como investigadora postdoctoral (becada) con el Dr. Mike Greenberg, ambos en la Facultad de Medicina de Harvard. 

Su trabajo como estudiante de posgrado y posdoctorado no fue solo sinérgico en el contexto de la perspectiva científica, pero también le brindó dos ejemplos diferentes de mentoría muy aprovechables. De Bernardo aprendió a tener paciencia y audacia para abordar cuestiones científicas difíciles. De Mike aprendió cómo orientar a los alumnos de una manera que les permitiera encontrar su propio equilibrio, así como cómo ayudarles a conseguir buenos puestos de trabajo después de salir del laboratorio. El tema central que subyace al enfoque de Brenda sobre la mentoría en su propio laboratorio es reconocer que cada uno de sus estudiantes es un individuo con una vida fuera del laboratorio, una vida que inevitablemente presenta tanto problemas como alegrías. Brenda intenta orientar a cada estudiante según el tipo de ayuda que cada individuo necesita en ese momento en particular.

Mientras Brenda disfruta de la variedad de cosas que hace como profesora, incluyendo la mentoría y la docencia, a veces echa de menos trabajar en el laboratorio. Describe el subidón de adrenalina que sintió cuando por primera vez vio algo que nadie había visto antes. Llevaba algunos años con su proyecto de posgrado cuando el laboratorio adquirió una proteína fluorescente verde fotoactivable (GFP, por sus siglas en inglés) que podía expresarse en neuronas y se volvía verde cuando se estimulaba con luz. Sentía que estaba jugando a un videojuego. Brenda se tiraba horas jugando con la nueva tecnología, que activaba con luz las espinas dendríticas de las neuronas. Cada vez, la GFP aparecía y luego se difundía fuera de las espinas. De repente, vio algo sorprendente. En una espina, la GFP no se difundía inmediatamente como lo había hecho en cientos de otras espinas anteriores. En las semanas siguientes, Brenda intentó descubrir qué causaba que la difusión de la GFP fuera diferente entre las espinas, pero fracasó una y otra vez. Un sábado por la noche, a última hora, probó una última condición experimental. Supo de inmediato que tenía la respuesta: ¡la capacidad de la GFP de permanecer en la espina dependía de la actividad [de la neurona]! Brenda habló de felicidad. Ese proyecto se convirtió en su primera publicación.

Mientras recuerda su época en la escuela de posgrado y su posdoctorado, Brenda comenta que le encantaría aconsejar a su yo más joven que no se preocupara tanto por las cosas que no funcionan: un experimento fallido o una solicitud de beca rechazada. Si bien admite que cierta sensación de preocupación puede ser buena si te impulsa a trabajar duro, la ansiedad que la acompaña no es productiva. Inevitablemente habrá éxitos y fracasos, e incluso pueden cambiar tu trayectoria, pero está bien: “lo que realmente importa es que disfrutes de lo que estás haciendo, lo hagas lo mejor que puedas y trates bien a los que te rodean. Eso es el legado que queda a tu paso”. Después de este conmovedor pensamiento, Brenda se ríe. “¡Me diría a mí misma que no me preocupara y probablemente no seguiría mi propio consejo!” Más preocupada o no, Brenda está dejando un legado de excelente ciencia y una dedicada mentoría. Sin lugar a dudas, ella ha tenido, y seguirá teniendo, estudiantes que experimentaron sus propios momentos de epifanía durante su clase, dándose cuenta de que también podrían ser algún día neurocientíficos.

Dra. Carmen Maldonado-Vlaar

Dra. Carmen Maldonado-Vlaar

Dra. Brandy Tiernan 

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