Dra. Anne Churchland

Dra. Anne Churchland

 

Profesora  Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Angeles (UCLA)

Becario Postdoctoral Universidad de Washington 

PhD en Neurociencia Universidad de California, San Francisco

Translated by Gabriela Rasch

La Dra. Anne Churchland estuvo inmersa en las "grandes preguntas" sobre el cerebro desde una edad temprana. Con prominentes neuro-filósofos como padres, ya estaba bastante familiarizada con el campo de la neurociencia, aunque su propio entusiasmo por el tema aún no había florecido por completo. Inicialmente, estaba interesada en el desarrollo infantil, derivado de su experiencia como voluntaria en una escuela primaria y observando las diferentes formas en que los niños aprendían. Siendo estudiante de licenciatura en Wellesley College, estudió el desarrollo cognitivo trabajando tanto con bebés como con niños en edad escolar. Sin embargo, descubrió que el tipo de datos que estaba recolectando "no eran muy divertidos para jugar". Después de graduarse, afortunadamente consiguió un trabajo como técnico de investigación en el laboratorio del Dr. Steve Lisberger en UCSF, estudiando el sistema oculomotor de los primates. Ella amaba el ambiente del laboratorio y tener datos de movimientos oculares inmensamente complicados y ricos al alcance de sus dedos, comenzando la verdadera diversión. Fue este amor por estar en el laboratorio y recolectar datos emocionantes lo que le infundió su propia pasión por estudiar el cerebro y el deseo de dedicarse a la ciencia como medio de vida.

Anne disfrutó tanto su tiempo en el laboratorio de Lisberger que se quedó como estudiante de posgrado y completó su doctorado en Neurociencia en UCSF. Ahí gozó de una experiencia académica gratificante y productiva, realizando importantes descubrimientos sobre cómo el córtex extraestriado de primates procesa la información visual de movimiento. Después realizó un posdoctorado con el Dr. Michael Shadlen en la Universidad de Washington, continuando su trabajo con primates estudiando la toma de decisiones sensoriales. Encontró evidencia de que el desempeño de los monos en tareas complejas de toma de decisiones sensoriales implicaba acumular e integrar evidencia sensorial con el tiempo, y la actividad neural en el córtex parietal reflejaba esa evidencia acumulada.

Cuando comenzó su propio laboratorio en el Laboratorio Cold Spring Harbor, Anne quería estudiar la toma de decisiones en el cerebro con un grado de precisión mayor que el que hasta ahora solo era técnicamente factible en modelos de roedores. Sin embargo, muchos en el campo, incluida ella misma, no estaban convencidos de que los roedores fueran capaces de llevar a cabo los tipos de toma de decisiones complejas que le interesaba estudiar. Por lo tanto, realizó algunas investigaciones piloto en Cold Spring Harbor antes de comenzar su laboratorio para ver si los roedores podían realizar tareas complejas de toma de decisiones perceptuales, como aquellas que requerían decisiones categóricas (por ejemplo, "rápido" vs. "lento") sobre un estímulo audiovisual combinado. Para su gran sorpresa, descubrió que sí podían hacerlo y, de hecho, sus capacidades cognitivas y su disposición para demostrar esas habilidades eran exactamente lo que necesitaba para abordar nuevas preguntas relacionadas con la toma de decisiones. Al principio, su cambio de organismo modelo fue recibido con considerable escepticismo por parte de quienes estaban en su campo. Muchos de sus colegas, cuyas opiniones respetaba, le dijeron que sería un movimiento que acabaría con su carrera. Sin embargo, Anne confió en sus instintos y siguió adelante, demostrando estar en lo correcto.

Hoy en día, Anne es profesora y está en proceso de trasladar su laboratorio de Cold Spring Harbor a la Universidad de California, Los Ángeles. Su laboratorio sigue estudiando la toma de decisiones, especialmente la toma de decisiones que requiere que los animales integren múltiples piezas de información, como la integración de información en múltiples modalidades sensoriales. Su trabajo depende en gran medida de la teoría y las técnicas computacionales en cada nivel de investigación, desde el diseño de los experimentos hasta la interpretación de los datos. En particular, su laboratorio busca identificar las áreas del cerebro que son importantes para la toma de decisiones multisensoriales y descubrir los cálculos subyacentes. En una línea de trabajo más reciente, también están explorando la tremenda diversidad de tipos de neuronas excitatorias y examinando cómo estos tipos de células contribuyen a diferentes aspectos de la toma de decisiones. Anne también es una firme creyente en el poder de la ciencia colaborativa y forma parte del Laboratorio Internacional de Comportamiento (IBL), que busca reunir muchos laboratorios para responder algunas de las preguntas más importantes en neurociencia que están más allá de la escala de un solo laboratorio.

Además de su labor científica, Anne también es conocida por ser una defensora de las mujeres en neurociencia y por hablar abiertamente sobre el equilibrio entre la ciencia y la crianza de los hijos. Quizás sea mejor conocida por haber creado la Lista de Anne, una extensa lista de mujeres en los campos de la neurociencia de sistemas y computación. Esto comenzó como una lista muy práctica de mujeres cuyo trabajo ella conocía y a quienes podía nominar como ponentes para la Conferencia de Neurociencia Computacional y de Sistemas (“Cosyne”), en la cual ella era la organizadora en ese momento. Desde entonces, se ha convertido en un recurso fundamental para las personas que intentan asegurarse de que las mujeres estén representadas adecuadamente en sus conferencias, paneles, listas de premios, etc. También es sorprendentemente transparente sobre los desafíos que conlleva ser madre en el ámbito académico, tanto en términos de logística como en las percepciones y prejuicios asociados. Cuando comenzó a tener hijos al final de su doctorado y al comienzo de su posdoctorado, le desconcertó descubrir que la forma en que sus colegas interactuaban con ella y valoraban sus opiniones parecía cambiar. Esto hizo que su experiencia posdoctoral fuera un momento confuso en el que hacer ciencia perdió parte de su disfrute; aunque continuó teniendo éxito en términos de publicaciones, recibiendo becas y más, estaba confundida acerca de por qué sus "palabras ya no tenían peso". Aunque las cosas mejoraron con el tiempo y la "diversión" en la ciencia regresó, especialmente cuando estableció su independencia al comenzar su propio laboratorio, reconoce las muchas formas en que la academia puede mejorar en cuanto a qué tan aceptable y cuánto apoya la paternidad en general y la maternidad en particular.

A pesar de estos desafíos, la emoción de Anne por experimentar y recopilar datos ha perdurado, y ha llegado a ser una de las neurocientíficas más destacadas de su generación. Cualquiera que tenga el privilegio de conocer a Anne o escucharla presentar su trabajo notará de inmediato su entusiasmo auténtico por la ciencia. Incluso mientras sus intereses específicos y motivaciones para hacer investigación en neurociencia difieren de las de su familia, reconoce que su entusiasmo por el campo sin duda ha dejado huella. Ahora, ella está en el extremo de dar, en lugar de recibir, ese entusiasmo contagioso, ejemplificando lo emocionante que es ser neurocientífica.

 
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