Dra. Heidi Johansen-Berg
Directora del Wellcome Centro de Neuroimagen Integrativa Universidad de Oxford
Profesora de Neurociència Cognitiva Universidad de Oxford
Becaria Postdoctoral/Becario de Formación en Investigación del Wellcome Trust Universidad de Oxford
Doctorado en Neurociencia Universidad de Oxford
Translated by Ivette Martorell Serra
Cuando era niña, la Dra. Heidi Johansen-Berg no tenía interés en la ciencia. La encontraba más bien aburrida y tomó la menor cantidad posible de clases de ciencias, favoreciendo actividades más aventureras y creativas, de carácter artístico. Mientras que el comportamiento de sus semejantes siempre le habían llamado la atención, no fue hasta que Heidi estudió psicología en la universidad que se dio cuenta que la neurociencia podía ser la respuesta de las preguntas más fundamentales de la humanidad. Esto la puso en una nueva trayectoria que la Heidi en edad escolar nunca habría imaginado para sí misma: obtener una maestría y un doctorado en neurociencia, trabajar extensamente con matemáticos e ingenieros para desarrollar nuevos métodos de imagen del cerebro humano, estudiar la plasticidad cerebral en diferentes especies y dirigir su propio grupo de investigación, así como varios prestigiosos centros de neurociencia en la Universidad de Oxford.
La transición de Heidi de artes y humanidades a ciencia no fue inmediata. En un inicio, ella estudió filosofía y psicología en la universidad, pero cuando la naturaleza introspectiva de la filosofía empezó a perder su atractivo, la dejó para centrarse en la psicología experimental. Heidi continuó adentrándose más en la ciencia y eventualmente entró en un programa combinado de maestría y doctorado en Oxford. Fue entonces cuando tuvo la oportunidad de probar distintos tipos de investigación en neurociencia - fisiología, neuroimmunología, etc. - y comenzó a llenar algunos de los vacíos en su formación científica, creados por su aversión a esas áreas durante su niñez. Heidi también atribuye a esas rotaciones de investigación el haberle mostrado muchas de las cosas que no quería hacer; descubrió que prefería una línea de investigación más orientada a la neurociencia cognitiva, lejos de la poyata.
Para su doctorado, Heidi trabajó con el Dr. Paul Matthews para estudiar cómo las personas recuperan la función motora tras un derrame cerebral, utilizando una amplia variedad de técnicas. Usó la resonancia magnética funcional (fMRI por sus siglas en inglés) para seguir a pacientes con derrame cerebral durante su rehabilitación y entender qué partes del cerebro se reclutan y reorganizan durante una recuperación exitosa. También utilizó la estimulación magnética transcraneal (TMS por sus siglas en inglés) - un método de perturbación transitoria y no invasiva de la actividad cerebral - para determinar cómo la alteración de los sitios de reorganización afectaba la capacidad de los pacientes para moverse. Aunque Heidi hizo varios descubrimientos emocionantes durante su doctorado sobre la notable capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a las lesiones, también hubo otras líneas de investigación que persiguió y que no dieron resultados, como un proyecto completamente distinto con pacientes de esclerosis múltiple. En ese momento, esto fue difícil para Heidi de aceptar, el hecho de que tanto tiempo y esfuerzo se hubieran perdido, pero ahora tiene una perspectiva diferente. "Lo valioso es la experiencia de hacer el doctorado, y todas esas habilidades que se aprenden en el camino, incluso con todos los fracasos.”
Para continuar con su trabajo de doctorado, Heidi decidió que quería profundizar en los métodos de neurociencia cognitiva. Decidió quedarse en Oxford para su postdoctorado como Becaria de Formación en Investigación del Wellcome Trust en matemáticas biológicas, colaborando de cerca con matemáticos, ingenieros, biólogos y psicólogos por igual. A través de este trabajo, Heide fue una figura clave en el desarrollo de métodos para la tractografía por difusión (también conocida como DTI). Esto implicó el uso de imágenes por difusión - un tipo de imagen cerebral no invasiva que es sensible a la dirección de la difusión del agua dentro de los axones - para trazar las rutas de la materia blanca en el cerebro. Así, esta técnica permitió a Heidi visualizar las conexiones físicas entre áreas cerebrales en humanos vivos, e incluso examinar cómo esas conexiones cambian en diferentes circunstancias.
Estos avances en imágenes no invasivas del cerebro humano abrieron un sinfín de nuevas y emocionantes preguntas que Heidi comenzó a resolver a medida que comenzaba a establecer su propia independencia en Oxford. Y la oportunidad llegó antes de lo esperado. Cuando el director de tesis de Heidi, Dr. Matthews - con quién había continuado trabajando de cerca durante su postdoctorado - se mudó a otra institución, ella heredó su grupo de investigación. Así que la transición de Heidi de postdoctorado a investigadora principal (IP) fue mucho más repentina que para la mayoría de las personas; de manera abrupta se encontró al frente de un gran grupo, que incluía a unos seis estudiantes y becarios postdoctorales. Esto presentó una oportunidad emocionante, pero también una curva de aprendizaje empinada. Si bien al principio fue necesario finalizar algunos de los proyectos en activo del laboratorio de Matthews, con el tiempo pudo comenzar a perseguir sus propias preguntas, moldeando el programa de investigación y el grupo según su propia visión.
Con su experiencia ampliada en métodos de neuroimagen de vanguardia, Heidi estaba deseosa por volver a algunas de las grandes preguntas sin respuesta sobre cómo el cerebro cambia con la experiencia o la lesión, preguntas que le habían interesado desde su doctorado. Usando los métodos de tractografía por difusión que ayudó a desarrollar, su grupo fue el primero en demostrar la plasticidad de la materia blanca en el cerebro humano. Su laboratorio ha continuado estudiando la plasticidad de la materia blanca de diversas maneras: en el contexto del aprendizaje y la experiencia, pero también en el desarrollo saludable, las enfermedades y los derrames cerebrales. Más recientemente, su grupo ha comenzado a trabajar también con roedores para poder aplicar los mismos métodos de neuroimagen que usan con humanos, al mismo tiempo que examinan cambios subyacentes - como la expresión de proteínas y genes, por ejemplo - que simplemente no son accesibles en sus sujetos humanos vivos. Esto les ayuda a comprender mejor las bases microscópicas de los cambios estructurales a nivel macroscópico que observan con la neuroimagen humana. Aunque fue un desafío adentrarse en una nueva línea de investigación en la que no tenía experiencia personal, Heidi señala cómo ha aprendido que confiar en la experiencia de otros y delegar son aspectos cruciales de ser investigadora principal.
Incluso mientras Heidi encontraba su pasión por la ciencia, ha continuado cultivando otros intereses. Disfruta especialmente hacer divulgación educativa en su comunidad, lo que le ha permitido ejercitar su "lado artístico" mientras comparte su ciencia. Por ejemplo, fue parte de un grupo que desarrolló una obra de teatro corta sobre la historia de la neuroimagen humana, que presentan en eventos locales de divulgación. Y además de ser tanto artística como científica, Heidi también es deportista. Solía jugar al fútbol (soccer) y actualmente disfruta entrenando al equipo de fútbol de su hija. Aunque su yo más joven nunca habría previsto dónde está hoy, habría tenido todas las razones para sentirse emocionada por la vida de descubrimiento científico que tiene por delante.
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