Dra. Renata Batista-Brito

Dra. Renata Batista-Brito

 

Profesora Asistente Department of Neuroscience and Genetics, Albert Einstein College of Medicine 
Becaria Postdoctoral Yale University
PhD en Genética del Desarrollo New York University

Translated by Omaris Velez Acevedo

Antes de dejar su pequeño pueblo en Portugal para ir a la universidad, la Dra. Renata Batista-Brito trató de visualizarse en distintos futuros basado en su variedad de intereses: matemáticas, ciencias y filosofía, por nombrar algunos. Debido a su curiosidad por preguntas sobre la existencia, el conocimiento y la mente, y debido a que era un campo de estudio tan misterioso, fue natural que Renata primero siguiera por el camino de la filosofía. Un poco después de considerar ser filósofa, se sintió inquieta por los métodos de filosofía analítica, la rama dominante de la filosofía en esos momentos. Fue así que decidió concentrarse en otra de sus pasiones: la ciencia. Si no podía estudiar la mente, tal vez debería cambiar su enfoque a estudiar el cerebro.

Luego de completar un programa de maestría en biología molecular en París, Renata comenzó un programa de doctorado en Portugal, el cual coloca a los estudiantes en laboratorios participantes alrededor del mundo. Se entrevistó con laboratorios en Boston y en la ciudad de Nueva York, pero uno se le destacó más: el laboratorio del Dr. Gord Fishell en New York University (NYU). Renata estaba emocionada de mudarse a los Estados Unidos para obtener un doctorado. Sin embargo, con su conocimiento limitado del idioma inglés, sabía que la experiencia vendría con sus propios desafíos abrumantes.

Para Renata, la transición a vivir en Nueva York fue una montaña rusa a través del multiculturalismo, una caída no lineal a través de las alegrías de aprender de tanta gente diferente y las sacudidas causadas por su capacidad limitada de comunicación. Tuvo que trabajar para entender una serie de comportamientos culturales nuevos y diversos. Adicional a esto, mientras aprendía inglés, a menudo le costaba articular un pensamiento coherente. Al recordar su experiencia durante el doctorado, ilustra una especie de renacimiento, un autodescubrimiento. Con un cambio tan pronunciado en el entorno, uno lleno de tanta incertidumbre y confusión, comenzó a notar todas las cualidades en sí misma que se mantuvieron firmes, esas mismas cualidades que la hacen ser quien es. En la experiencia de Renata, convertirse en extranjera fue un paso importante hacia el surgimiento de su identidad.

Paralelo a su autodescubrimiento, fue estudiante de doctorado en el Programa de Genética del Desarrollo de New York University (NYU), trabajando en su tesis en el laboratorio del Dr. Gord Fishell. Sin embargo, mientras el laboratorio de Fishell estudiaba estos conceptos en el contexto del desarrollo del cerebro, la ex-estudiante de filosofía se encontró una vez más inmersa en el estudio del cerebro.  Renata recuerda su doctorado en el laboratorio Fishell con alegría exuberante. Allí se interesó en cómo los programas genéticos influyen en la maduración e identidad de las interneuronas, una clase de neuronas extremadamente diversas que tienen interacciones complicadas e influencian a los circuitos neuronales.

Para investigar las interacciones de los genes y el destino celular en las interneuronas, para su tesis doctoral, Renata creó uno de los primeros perfiles genéticos a gran escala de las interneuronas corticales. Además de confirmar ciertos patrones de expresión genética esperados, la prueba genética de Renata reveló una multitud de genes novedosos expresados ​​por interneuronas que inspiraron muchos proyectos, tanto en el laboratorio de Fishell como en el campo más amplio del desarrollo de interneuronas. Sin embargo, su doctorado exitoso no fue fácil. Estuvo lleno de frustraciones que vienen con la construcción y resolución de problemas de una nueva técnica. Fue en estos momentos de inseguridad cuando Renata apreció plenamente las habilidades de mentoría de Gord. 

El entusiasmo contagioso de Gord por la ciencia, su ánimo y su actitud positiva le sirvieron a Renata como motivación para persistir. Su mentoría la convirtió en la científica que es hoy, y ella espera asumir el papel de animadora entusiasta a medida que comience a desarrollar su propio laboratorio.

Al final de su doctorado, Renata se interesó más en cómo las interneuronas se integran en los circuitos corticales y cómo afectan las funciones de esos circuitos. Esto la llevó a unirse al laboratorio de la Dra. Jess Cardin en Yale University, como la primera becaria postdoctoral de la Dra. Cardin. En el laboratorio de Cardin, Renata se convirtió en neurocientífica de sistemas, integrando su trasfondo en genética de interneuronas con el estudio de su función y contribución a los circuitos en la corteza visual. Colaboró con uno de sus amigos más queridos, Martin Vinck, para investigar cómo las poblaciones de neuronas corticales codifican información visual. Demostraron que las fluctuaciones en el estado conductual o de excitación influyen en la actividad cortical espontánea y evocada visualmente. También demostraron que las neuronas inhibitorias que expresan el polipéptido intestinal vasoactivo son críticas para el procesamiento visual y la percepción visual. Durante su posdoctorado, Renata aprendió varias lecciones cruciales de Jess, incluyendo cómo manejar los desafíos de iniciar un laboratorio y cómo ser valiente al tomar riesgos científicos.

Renata abrió su propio laboratorio en Albert Einstein College of Medicine en el 2018. Aquí ella tiene como interés comprender cómo células neuronales específicas y los circuitos asociados a ellas orquestan el procesamiento de la información sensorial y se relacionan con el comportamiento. El laboratorio de Renata investiga cómo las fases de desarrollo posnatal dan forma a la manera en que la información visual es representada en el cerebro maduro, cómo la información sensorial es integrada con los estados cerebrales internos y se utiliza para guiar el comportamiento, y cómo estos procesos se ven afectados en trastornos psiquiátricos como el autismo y la esquizofrenia. El laboratorio de Renata también estudia los mecanismos mediante los cuales se implementan las modulaciones contextuales del procesamiento visual dentro de los circuitos corticales locales al examinar cómo el comportamiento global o estado de activación (¿qué tan alerta estoy?), las predicciones sensoriales (¿qué estímulos espero?) y la atención “top-down” (¿qué es relevante para mí?) son implementados a nivel de microcircuito.

Su curiosidad natural, inspiración y el apoyo de los mentores de Renata la han impulsado a convertirse en la investigadora principal de su propio laboratorio. Es madre de tres niños pequeños, a quienes llama cariñosamente “mis pequeños traviesos”. Balancear sus responsabilidades familiares con sus responsabilidades recientemente adquiridas de "familia de laboratorio" se le ha hecho difícil. Parece que nunca hay suficiente tiempo para dedicarse a ninguna de las dos. Sin embargo, ha desarrollado estrategias para manejarlo todo. Incluso, equilibrar la academia y la crianza de los hijos ha tenido sus ventajas. Mantener su sentido juvenil de curiosidad la ha ayudado a orientar a sus hijos para que sean pensadores críticos, así como a fomentar un sentido de emoción y descubrimiento en los miembros de su laboratorio. Sin duda alguna, la curiosidad contagiosa de Renata seguirá inspirando a quienes se crucen en su camino en los años por venir.

 
Dra. Deb Karhson

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