Dra. Ali Ochoa Cohen
Translated by Elena Blanco-Suarez
Investigadora postdoctoral New York University
PhD en Neurociencia Weill Cornell Medicine
Algunos de los recuerdos más tempranos de la doctora Ali Ochoa Cohen son los momentos que pasó en el laboratorio de su abuelo en la Universidad Católica de Perú, mezclando productos químicos. Ingeniero químico de profesión, su abuelo le inculcó el amor por la ciencia desde bien joven. Pero no fue hasta más tarde en su educación cuando Ali realmente se interesó por el cerebro. Cuando Ali aun estaba en la escuela secundaria, diagnosticaron a su hermana pequeña con un tumor cerebral. Era probable que el tumor hubiese estado ahí desde que nació, pero los grandes cambios que el cerebro atraviesa durante la adolescencia hicieron que de repente los síntomas apareciesen. Después de la cirugía, la hermana de Ali se recuperó rápido, lo que hizo que Ali se fascinase por esa capacidad tan increíble del cerebro para adaptarse tan rápidamente. Esa fascinación por el cerebro se consolidó con su experiencia en el último año de escuela cuando co-editó el Walt Whitman Journal of Psychology (en español, El diario de psicología de Walt Whitman), una publicación científica que estudiantes de la escuela de Ali produjeron para promocionar investigaciones científicas y trabajos de estudiantes de otras escuelas de todo el país. Todas estas experiencias – el exponerse al ambiente de un laboratorio a una edad temprana, el observar de primera mano el potencial de la plasticidad cerebral, y el trabajar como editora de una publicación – hicieron que Ali se decidiera por la neurociencia como su especialidad en la Universidad.
Ali consideró Duke University debido a su nueva especialidad en neurociencia y su gran tradición ofreciendo oportunidades de investigación para los estudiantes. Su primera experiencia en el laboratorio consistió en estudiar el comportamiento de alimentación utilizando registros extracelulares de neuronas individuales en ratas. Con la intención de adquirir más experiencia en análisis a diferentes niveles, pasó el siguiente verano centrada en los mecanismos celulares y moleculares del Parkinson en el NIH (National Institutes of Health). “El NIH fue donde me enamoré de la ciencia'', dice Ali, que lo describe como el “patio de juegos de la investigación científica.” Fue durante ese verano cuando vio por primera vez la investigación científica como una posible carrera profesional. De vuelta en Duke, Ali cambió de laboratorio para estudiar la función cognitiva social humana utilizando fMRI y fue entonces cuando finalmente sintió que había encontrado su nicho. Su experiencia en el laboratorio en paralelo con la divulgación científica y el tutelaje de niños que realizaba en el Hospital de Duke University la llevaron a pensar en lo intrincado del cerebro durante el desarrollo. Cuando solicitó plaza para realizar su doctorado, Ali sabía que lo que quería era centrarse en el desarrollo del cerebro humano.
Siempre que hablaba con sus mentores sobre sus metas profesionales, siempre surgía el mismo nombre en las conversaciones: Dr. BJ Casey. BJ estaba en el Sackler Institute del Weill Cornell Medical College, y ahí fue donde Ali acabó uniéndose como estudiante de doctorado en neurociencia, formando parte del laboratorio de BJ para estudiar cómo las emociones y la motivación dan forma a los procesos cognitivos y neurales durante la adolescencia. En particular, Ali investigó cómo los estados emocionales afectan el control cognitivo. Descubrió que incluso pasados los 20 años de edad, la gente joven muestra diferencias – en comparación con los niños o los adultos – en los procesos de control cognitivo durante estados emocionales, tanto breves como prolongados (por ejemplo, anticipación de un sonido desagradable o el recibir una recompensa monetaria). También demostró que este periodo extendido de sensibilidad emocional ocurre a la vez que los circuitos de la corteza prefrontal se implican de forma distinta. Gran parte del trabajo que Ali realizó durante sus estudios de doctorado fue parte de una colaboración financiada por la MacArthur Foundation’s Research Network on Law and Neuroscience. Esto dio a Ali la oportunidad de interaccionar con otros neurocientíficos interesados en desarrollo, psicólogos, y otros intelectuales del campo legal para tratar temas centrados en cómo los adolescentes y adultos jóvenes actúan diferente en comparación con los adultos y los niños en contextos de control y culpabilidad. Ali indagó en estos temas, y escribió un artículo de revisión en los inicios de sus estudios de doctorado centrándose en la intersección entre la legislación y la neurociencia. Estas experiencias dieron a Ali una profunda apreciación por la investigación interdisciplinar y las ventajas de combinar diferentes puntos de vista y expertos en diferentes materias para responder la misma pregunta, y de entender como el propio trabajo es percibido por aquellos ajenos al campo de estudio. BJ solo hizo que reforzar este mensaje, e incluso años después, al preparar una presentación o escribir un proyecto, Ali trata de canalizar esa habilidad de BJ para tener presentes las grandes implicaciones del trabajo.
Su trabajo doctoral dejó a Ali con una gran curiosidad por entender cómo los estados emocionales y motivacionales influencian lo que la gente recuerda y cómo la memoria da forma a futuras maneras de actuar. Decidió unirse al laboratorio de la Dra. Catherine Hartley en New York University, trabajando también con la Dra. Lila Davachi en Columbia. Durante sus estudios postdoctorales, Ali expandió su experiencia y aprendió a utilizar modelaje computacional y técnicas de neuroimagen más complicadas a la vez que trataba de comprender cómo los estados emocionales afectan lo que la gente recuerda. No solo su postdoc le ofreció la oportunidad de aprender estas nuevas técnicas, sino que también le brindó una gran experiencia en mentorazgo y liderazgo. Desde el momento en que se unió al laboratorio de Hartley, Ali ha estado a la cabeza de un equipo de gente dentro del laboratorio, dándole la oportunidad de probar lo que sería comenzar un grupo independiente. Mientras considera el futuro de su carrera, Ali se siente afortunada de haber tenido a tres mujeres como BJ, Catherine y Lila como sus modelos a seguir. Las tres han sido ejemplos de cómo equilibrar la vida familiar y una carrera de éxito, además de instigar en Ali la importancia de abogar por una misma y por tus compañeros.
Mientras estudiaba motivación en el laboratorio, Ali encontró una nueva motivación en la divulgación científica y ha estado muy implicada en actividades de ese tipo, desde sus primeros años en la Universidad hasta su postdoc. Explica que mientras que el progreso en el laboratorio es a menudo increíblemente lento, las actividades de divulgación le daban resultados positivos inmediatos, como por ejemplo cuando una niña declaraba que quería ser científica o las caras alucinadas de un padre y su hija sujetando un cerebro por primera vez. Uno de sus proyectos favoritos fue co-fundar el Programa Científico de Inmersión de Weill Cornell, un programa de 10 semanas en los que estudiantes de último año de la escuela secundaria o de los primeros años de Universidad con mentores de la escuela de graduados para participar en trabajo en el laboratorio. A Ali le encantaba ver como varios de sus amigos agarraron el “virus de la divulgación” después de (a menudo con cierto reparo) aceptar participar como mentor o mentora en el programa.
Mientras considera comenzar su propio laboratorio, Ali tiene ganas de experimentar algunos de los aspectos relacionados a convertirse en IP (Investigador Principal). Le encanta pensar en preguntas y diseñar experimentos y quiere continuar enseñando y dando mentorazgo a mayor escala. Incluso tiene ganas de escribir proyectos más a menudo – disfruta la práctica de considerar exactamente cuales son los posibles resultados de un experimento, así como los planes de contingencia perfectos si el experimento falla. A pesar de que Ali tiene ganas sobre todo de tomar el siguiente paso en su Carrera, admite que no es inmune al síndrome del impostor o a las preocupaciones de mantener suficiente financiación. Pero con la ayuda de su red de apoyo familiar, amigos, y colegas, así como su colección de plantas (las cuales todas tienen nombre) y sus clases de fitness, Ali consigue enfrentarse a las frustraciones que la investigación conlleva. Con el constante recordatorio de la pura alegría que le trae la divulgación, Ali sin duda inculcará ese sentido en todos aquellos a los que ofrezca mentorazgo en su propio laboratorio.