Dra. Nancy Padilla Coreano
Translated by Gaby Rasch
Profesora Asistente University of Florida
Becaria Postdoctoral Salk Institute of Biological Sciences
PhD en Neurociencia Columbia University
El interés de la Dra. Nancy Padilla Coreano por el cerebro no nació en clase de ciencias ni de un modelo a seguir científico en particular, vino de la música. Nancy es de una familia de músicos en Puerto Rico e inicialmente siguió sus pasos, asistiendo a una escuela preparatoria y secundaria pública que se especializaba en música. Siempre dispuesta a aprovechar una nueva oportunidad de aprendizaje, Nancy sobresalió y hasta consideró una carrera como pianista clásica. Sin embargo, a medida que avanzaba y pasaba más y más tiempo practicando y tocando, ella comenzó a sentirse aburrida. Su hambre natural de aprender ya no se satisfacía, y sintió que el tiempo que pasaba tocando el piano era tiempo que no pasaba aprendiendo algo nuevo e impactante. Aunque sus clases de ciencia en su tiempo daban poca inspiración, se topó con el libro Musicophilia escrito por Oliver Sacks y sus otros ensayos sobre la música y el cerebro. Ella se fascinó con la habilidad de la música para evocar emociones, y una vez que comprendió que podía construir una carrera estudiando este fenómeno, ella nunca miró hacia atrás. El trayecto de la neurociencia de Nancy últimamente la llevó al estudio de la cognición social en vez de la música, pero su amor por el aprendizaje y entusiasmo por el cerebro se han mantenido constantes. Actualmente, Nancy es una becaria de L'Oréal Women in Science y becaria de Burroughs Wellcome, ¡sin mencionar que es la fundadora original de Historias de WiN (Stories of WiN)! Ya una líder emergente en el campo de la neurociencia de los sistemas sociales, ahora está a punto de iniciar su propio laboratorio en la Universidad de Florida.
Incluso después de descubrir las maravillas del cerebro, Nancy no supo inmediatamente que quería hacer investigación científica. Oliver Sacks era un neurólogo, entonces ella decidió que iba a perseguir la neurología también. Como estudiante universitario subgraduado en la Universidad de Puerto Rico, estaba buscando experiencia de investigación para el beneficio de sus aplicaciones a la escuela de medicina, cuando otro investigador estudiantil le presentó al “Laboratorio del Miedo”, dirigido por el Dr. Gregory Quirk. Nancy decidió trabajar como voluntaria en lo que resultó ser el único laboratorio financiado por un R01 en su institución y posiblemente en la isla entera. La financiación del Laboratorio del Miedo proporcionó ciertos recursos para el trabajo universitario de Nancy que hubiesen sido difíciles de encontrar en otro laboratorio. Impulsada por su curiosidad innata y bajo la mentoría devota del Dr. Quirk, Nancy rápidamente se enamoró de la investigación. Mientras charlaba con estudiantes de posgrado en el laboratorio, ella se enteró de la posibilidad de que le pagaran por perseguir un doctorado en neurociencia, entonces sus planes de la escuela de medicina se transformaron rápidamente en planes para la escuela de posgrado. Esta transición fue facilitada por el programa MARC de la Universidad de Puerto Rico, un programa financiado por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) que provee apoyo financiero y oportunidades para el desempeño profesional a estudiantes interesados en la escuela de posgrado. Nancy acredita este programa por ayudarla a obtener una pasantía de investigación de verano en el MIT y finalmente aplicar con éxito a las escuelas de posgrado. La mentoría del Dr. Quirk también fue particularmente influyente, sus expectativas altas combinadas con un aliento infinito ayudaron a Nancy seguir un camino en la academia. Hasta este día, el compromiso del Dr. Quirk hacia sus aprendices sirve como un modelo de mentoría impactante que Nancy espera emular en su propio laboratorio.
Nancy decidió asistir a la Universidad de Columbia para sus estudios de posgrado, una decisión que no fue motivada sólo por la calidad del programa, sino también porque tenía amistades en la ciudad de Nueva York. Como una persona altamente social que se estaba mudando lejos de su hogar por primera vez, sintió que era importante tener una comunidad. A través de sus rotaciones de investigación en Columbia, Nancy finalmente gravito hacia el estudio de los comportamientos emocionales y la corteza prefrontal como lo había hecho en el Laboratorio del Miedo, pero desde un ángulo diferente. Mientras que su investigación de pregrado era enfocada en el miedo condicionado, Nancy comenzó a estudiar comportamientos de ansiedad innatos para su investigación doctoral en el laboratorio del Dr. Joshua Gordon. Estaba particularmente interesada en una vía específica desde el hipocampo hasta la corteza prefrontal, ya que la sincronía rítmica theta entre estas áreas parecía estar relacionada con la ansiedad. Nancy usó optogenética (optogenetics) – una herramienta relativamente nueva en ese momento – para manipular estas áreas del cerebro, y encontró evidencia causal que ritmos de theta en esta vía impulsan comportamientos de ansiedad en roedores. Mientras este trabajo produjo múltiples publicaciones que mejoran nuestro entendimiento de circuitos de ansiedad, su formación de doctorado no estuvo sin desafíos. La inclinación de Nancy de compararse a otros combinada con un ambiente general de “club de hombres”, aumentaron sus inseguridades. Al paso de su transición de su doctorado a su postdoctorado, Nancy reflexionó sobre su escuela de posgrado y supo que había algo que quería cambiar. Como postdoctorado, ella planeó establecer metas personales y solo enfocarse en esas. Cuando dejó de compararse con los demás, Nancy siguió produciendo ciencia excelente, pero se sentía más feliz al hacerlo.
Aunque hubo tiempos en que Nancy cuestionaba si quería seguir persiguiendo una carrera académica, cuando se graduó, al menos sabía que quería seguir su formación en investigación como postdoctorado. Ella se unió al laboratorio de la Dra. Kay Tye en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés;ahora en el Instituto de Salk) y se interesó en los circuitos neuronales que subyacen las jerarquías sociales. Los ratones son animales muy sociales y ajustan sus comportamientos según si un compañero ratón es de un rango superior o inferior. Nancy quería entender mejor cómo el rango social es representado en el cerebro, así que diseñó una tarea de comportamiento que consiste en enfrentar a dos ratones de diferentes rangos entre sí para competir por una recompensa. Esto proporcionó un contexto estructurado en el cual pudo medir el comportamiento y la actividad neuronal utilizando la visión artificial y la electrofisiología. Nancy no sólo descifro las representaciones neuronales del rango en la corteza prefrontal del ratón, pero también encontró que podía influenciar comportamientos de dominación al manipular la vía de la corteza prefrontal al hipotálamo. Mientras Nancy se prepara para iniciar su propio laboratorio en la Universidad de Florida, ella está entusiasmada por continuar un enfoque de neurociencia de sistemas para estudiar los comportamientos de dominación social, incluso otras formas de “competencia social”, o la capacidad de optimizar el comportamiento social usando la información disponible. También espera investigar con más profundidad los comportamientos sociales y los circuitos subyacentes en modelos de ratón de trastornos sociales, como el autismo, para entender mejor la raíz de la competencia social deteriorada.
El compromiso de Nancy con la ciencia emocionante, impactante y de vanguardia solo se compara con su compromiso de hacer el campo de la neurociencia un lugar más equitativo. Este compromiso se manifiesta en su creación de Historias de WiN (Stories of WiN). Este proyecto nació del encuentro con sus propios prejuicios; como representante posdoctoral en un comité de seminarios de neurociencias en MIT, se sorprendió al darse cuenta de que todos los oradores nominados por aprendices, incluida ella misma, eran hombres. Nancy estaba aterrada, no solo por esta evidente inequidad, sino también por el hecho de que, hasta entonces, ella todavía luchaba por encontrar nombres de mujeres. No faltan mujeres neurocientíficas que realizan investigación innovadora y emocionante, pero a menudo, por una variedad de razones, son menos visibles que sus contrapartes masculinos. Nancy quería crear un proyecto dedicado a aumentar la visibilidad de mujeres en el campo. Al seguir desarrollando el proyecto, la visión se amplió y el objetivo se convirtió no solo en resaltar la investigación científica de las mujeres, sino también sobresaltar sus viajes personales y científicos. Nancy reflexiona sobre haberse beneficiado personalmente al conectarse con tantas otras mujeres neurocientíficas inspiradoras y ver partes de sí misma en todas sus historias. En particular, la prevalencia del síndrome del impostor descrito por tantas mujeres, incluso aquellas más avanzadas en sus carreras, ha normalizado la experiencia para ella y la ha ayudado a superar sus propios sentimientos de duda. Nancy espera que este proyecto tenga un impacto más amplio y que otros científicos aspirantes también puedan encontrar fuentes de consuelo e inspiración en estas historias.
Y ahora, Nancy está del otro lado: ella misma como el tema de una de estas historias. Sus propios descubrimientos científicos, combinado con sus éxitos y desafíos encontrados en el camino, podrían ser la fuente de nueva inspiración para lectores y oyentes que ven partes de sí mismos en Nancy.