Dra. Marie Blanchette

Dra. Marie Blanchette

 

Translated by Lesley A. Guareña

Becario Postdoctoral University of California, San Diego 

PhD en imágenes biomédicas y radiación Université de Sherbrooke

Cuando era niña, la Dra. Marie Blanchette solía desarmar sus juguetes. Siempre que no funcionaban correctamente, los desarmaba pieza por pieza, tratando de deducir qué estaba mal para poder arreglarlos y volver a armarlos. Esa curiosidad impulsora por entender cómo funciona el mundo ha llevado a Marie a seguir una carrera en la ciencia. 

Mientras termina una beca postdoctoral, Marie está emocionada de comenzar su propio laboratorio, para profundizar más en comprender  el papel de la barrera hematoencefálica en la salud y la enfermedad.

El primer amor científico de Marie fue la física. En la escuela secundaria, le encantaba aprender sobre las fuerzas magnéticas que actúan constantemente a nuestro alrededor. Sin embargo, al pensar en su futuro, Marie sintió firmemente que quería una carrera orientada a mejorar la vida de los demás. Por lo tanto, se sintió atraída por las ciencias de la salud y obtuvo una licenciatura en farmacología en la Université de Sherbrooke en Québec.

Al final, fue la investigación del cáncer lo que la llevó al cerebro. Desafortunadamente, Marie ya conocía muy bien el cáncer, ya que se había cobrado la vida de varios miembros de su familia. Quería contribuir a encontrar una cura, así que cuando llegó el momento de elegir una pasantía de investigación de verano, Marie gravitó hacia un laboratorio de cáncer. Marie continuó trabajando en el cáncer a lo largo de la escuela de posgrado y se quedó en Sherbrooke para hacer un doctorado bajo la dirección conjunta de los Dres. David Fortin, Martin Lepage y Roger Lecomte. Su proyecto involucró el diseño y la evaluación de estrategias para infiltrar medicamentos contra el cáncer a través de la barrera hematoencefálica para tratar glioblastomas. Si bien ya no trabaja en el cáncer, su tesis de posgrado le presentó un nuevo amor científico: el cerebro.

La reverencia y el asombro de Marie por el cerebro son evidentes. “Es tan magnífico”, dice, reflexionando sobre cómo cuando miras el cerebro, no da ninguna pista sobre su increíble función. Los huesos son claramente para la estructura, el corazón obviamente está construido para bombear sangre, sin embargo, la masa de tejido graso doblado que es el cerebro es notablemente modesta. Este aura misteriosa del cerebro, combinada con su motivación para encontrar una cura para el cáncer cerebral mortal, alimentó el interés de Marie a lo largo de su trabajo de doctorado. Al trabajar para romper la barrera hematoencefálica para administrar medicamentos contra el cáncer, su respeto por esta especialización de los vasos sanguíneos en el cerebro cobró un nuevo sentido, reconociendo que aún se desconocía mucho sobre la vasculatura cerebral en sí. Por lo tanto, buscó una beca posdoctoral que le permitiera explorar más a fondo la barrera hematoencefálica, una búsqueda que la llevó a la Universidad de California en San Diego para trabajar con el Dr. Richard Daneman.

Durante su postdoctorado, Marie descubrió que la barrera hematoencefálica es varia en las diferentes regiones del cerebro, y estas especializaciones regionales juegan un papel importante en la función y el comportamiento del cerebro. En concreto, descubrió que una proteína específica se expresa en las células de la barrera hematoencefálica casi exclusivamente en el núcleo accumbens, y su presencia allí es necesaria para la discriminación espacial en ratones. Este hallazgo tiene grandes implicaciones para la importancia de la barrera hematoencefálica en la función cerebral en personas sanas: si solo una proteína en una región de la vasculatura cerebral puede afectar el comportamiento, ¿cuántas más podrían haber? Marie también ha trabajado en la barrera hematoencefálica en la enfermedad de Alzheimer, optimizando un método para aislar vasos sanguíneos de muestras de cerebro humano congeladas. Este nuevo protocolo le ha permitido analizar las diferencias entre los vasos sanguíneos de pacientes con Alzheimer y adultos sanos con la esperanza de encontrar una nueva diana terapéutica para la enfermedad.

Marie ahora está emocionada de comenzar su propio laboratorio y seguir investigando la heterogeneidad de la barrera hematoencefálica. Ella quiere entender si las diferencias regionales en los vasos sanguíneos podrían ser la base de la vulnerabilidad de regiones específicas del cerebro a las enfermedades neurodegenerativas o del desarrollo neurológico. Como directora de su propio laboratorio, Marie espera continuar con la sólida tutoría que es característica de su árbol genealógico de investigación. Tiene la intención de modelar su estilo de tutoría acorde al de su asesor postdoctoral, el Dr. Richard Daneman, y su asesor de posgrado, el Dr. Ben Barres. Ambos abordaron la tutoría con la idea de que un laboratorio feliz es un laboratorio más productivo y que es crucial hacer todo lo posible para ayudar a los aprendices a lograr sus objetivos científicos a largo plazo. Marie ya ha sido mentora de varios estudiantes a lo largo de su carrera, lo que cree que la ha ayudado a crecer como científica. Ella compara la relación de tutoría con la simbiosis: tanto el mentor como el aprendiz aprenden y se benefician mutuamente.

Marie planea regresar a Canadá para dar el siguiente paso en su carrera, ansiosa por regresar a las montañas, los lagos y los bosques que fueron el telón de fondo de su infancia. Si bien extrañará un poco el trabajo en el laboratorio, está ansiosa por dirigir su propio laboratorio. Con un equipo de estudiantes y posdoctorados trabajando con ella, podrá hacer más de lo que siempre le ha gustado desde la infancia: hacer preguntas y buscar respuestas.

 
Dra. Anne Urai

Dra. Anne Urai

Dra. Lindsey Glickfeld

Dra. Lindsey Glickfeld