Dra. Elizabeth Tunbridge
Profesora Asociada Departamento de Psiquiatría, University of Oxford
Becario Supernumerario University College, Oxford
Becario Postdoctoral Departamento de Farmacología, University of Oxford
PhD en Neurociencia University of Oxford
Translated by Omaris Velez-Acevedo
Cuando estaba terminando la escuela secundaria, Liz Tunbridge comenzó a prepararse para perseguir el sueño de su vida: convertirse en veterinaria. Ya había solicitado a seis programas de licenciatura en medicina veterinaria cuando se despertó una mañana con la discordante comprensión de que esta ya no era la carrera de sus sueños. Su súbita intuición no fue precipitada por ningún evento particular en su vida; sus pensamientos subconscientes sobre el asunto acababan de surgir de repente. Entonces Liz se apresuró a cambiar algunas de sus solicitudes al campo más amplio de la biología. Años más tarde, ahora profesora asociada en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, Liz está feliz de haber seguido su instinto y haber cambiado sus aspiraciones profesionales. Liz, la primera en admitir que no es muy “planificadora”, siente que estar constantemente abierta a nuevas ideas y tener metas flexibles es muy importante, particularmente en el campo de la ciencia.
Liz nunca tuvo un “momento ajá” que la dirigiera a neurociencia desde su licenciatura en biología molecular; fue más bien un “año ajá”. Durante su tiempo en la Universidad de Bath, Liz pasó un año investigando la neurodegeneración en lo que entonces era SmithKline Beecham (ahora GlaxoSmithKline o GSK), una compañía farmacéutica con sede en Londres. Esta experiencia práctica en un laboratorio fue transformadora para Liz, y se enamoró de la investigación. Luego hizo un programa conjunto de maestría y doctorado en neurociencia en la Universidad de Oxford. Como parte de la formación de su maestría, se separó de su experiencia en biología molecular e incursionó en la neuroimagen y las pruebas cognitivas y trabajó con humanos por primera vez. Estas diversas experiencias fueron vitales para enseñarle a Liz el valor de utilizar una amplia gama de técnicas para abordar una pregunta experimental; hasta el día de hoy, adopta un enfoque inusualmente amplio de la neurociencia.
Si bien su enfoque de la ciencia ha sido sorprendentemente multidisciplinario, las preguntas generales que motivaron el trabajo de su carrera se han mantenido sorprendentemente consistentes. Como estudiante de doctorado, Liz encontró los misterios de la enfermedad psiquiátrica particularmente profundos porque las funciones alteradas en estos trastornos (estado de ánimo, personalidad, percepción) están en la raíz de la propia identidad. Quedó fascinada con la idea de que las variaciones en ciertos genes tenían el poder de afectar la función cerebral, alterando así estas características de "identidad". El trabajo de tesis doctoral de Liz se centró en el gen catecol-O-metiltransferasa (COMT), que codifica una enzima que descompone la dopamina. Trabajó con muestras humanas “post mortem” y ensayos de comportamiento de roedores para comprender mejor cómo la expresión y la actividad de COMT puede afectar la función cerebral. Es importante destacar que, durante su doctorado, Liz fue proactiva en el establecimiento de colaboraciones tanto dentro como fuera de Oxford. Este espíritu de colaboración, sin duda, dio forma a su carrera. Cuando estaba terminando su doctorado, ella y algunos de estos colaboradores solicitaron una subvención para un proyecto del Medical Research Council. La beca se basó en su trabajo de doctorado y fue incluida como co-investigadora en la beca, una oportunidad inusual para la etapa actual de su carrera. El mismo día de la defensa de su tesis doctoral, Liz se enteró de que la beca había sido financiada. Fue el mejor día de su carrera científica.
Hoy en día, Liz todavía está muy interesada en los mecanismos que vinculan genes particulares con la función cerebral. Recientemente, cambió su atención de COMT a una familia de canales de calcio dependientes de voltaje que están estrechamente relacionados con varios trastornos psiquiátricos. Si bien podría estar enfocándose en genes específicos, sus objetivos van mucho más allá de esos genes individuales. Ella espera que su trabajo pueda ayudar a crear un conducto a través del cual otros investigadores puedan probar genes de interés de manera más rápida y eficiente para obtener conocimiento sobre enfermedades psiquiátricas y probar el potencial de los genes como objetivos de tratamiento. Debido a que Liz se enfoca en la traducción clínica de su trabajo de ciencia básica, ha seguido fomentando colaboraciones para poder trabajar en todos los niveles de análisis, desde molecular hasta cognitivo. Como las mejores preguntas científicas empujan el borde del conocimiento, Liz cree que la mejor ciencia se hace en el borde de la zona de confort de uno, donde uno debe buscar experiencia en cualquier método necesario para responder la pregunta en cuestión. Esta perspectiva ha llevado a Liz a mantener el enfoque colaborativo de la ciencia que adoptó durante su trabajo de doctorado.
Una de las colaboraciones recientes de Liz no es con otro científico, sino con un artista. A lo largo de los últimos años, Liz y la artista Eleanor Minney han realizado una serie de talleres con pacientes en uno de los pabellones de la Unidad Nacional de Psicosis. Los participantes del taller comparten sus experiencias con la psicosis, algunos a través de pláticas y otros a través del arte que crean en el taller. Dado que Liz es una científica básica, esta oportunidad de aprender de los pacientes de primera mano a través de una conversación informal ha sido increíblemente nueva y significativa.
Si bien su proyecto colaborativo de arte y ciencia es particularmente único, no es la única forma en que Liz ha estado activa en su comunidad. Primero se involucró con la comunicación científica como investigadora postdoctoral; A menudo se le pedía que diera charlas breves al público como parte de eventos científicos como Café Scientifique. Eventualmente, Liz comenzó a enfocarse en eventos más orientados a involucrar a un público que de otro modo no buscaría la ciencia. Ella y los miembros de su grupo de investigación una vez instalaron un stand en Science Museum Lates, una serie de eventos ruidosos, solo para adultos, fuera de horario en el museo de ciencias de Londres que atrae a grandes multitudes de jóvenes. Mientras guiaba a las personas a través del proceso de extracción de ADN de una fresa utilizando ron de alta graduación y jugo de piña, Liz y su equipo conversaron informalmente con ellos sobre la investigación. Desde entonces, Liz ha utilizado este modelo de comunicación en entornos más pequeños e íntimos para crear una oportunidad divertida para que el público se sienta conectado con la ciencia y para inspirar un diálogo informal. Un punto culminante de la carrera de comunicación científica de Liz fue dar una charla TEDx, "¿Habría una enfermedad mental en una utopía?" como parte de la serie TEDxWhitehall. También recibió el Premio del Vicecanciller por el Compromiso Público con la Investigación de la Universidad de Oxford en reconocimiento a sus esfuerzos por acercar la ciencia al público.
Cuando no está en el laboratorio o extrayendo ADN de fresa con ron, Liz podría estar boxeando, cocinando o en un espectáculo de baile con su hija. Una clase de boxeo es una manera perfecta de aliviar el estrés de la jornada laboral, y la cocina proporciona un antídoto contra la precisión de la biología molecular: disfruta de la libertad de agregar un poco de esto y un poco de aquello para lograr el plato perfecto. En cierto sentido, el enfoque de cocina de Liz no es muy diferente del enfoque de su carrera. Cuando se le preguntó qué le diría a una versión más joven de sí misma que recién comienza en el mundo académico, Liz dice que no se entrometería: cree firmemente que los pequeños errores que cometió en el camino fueron experiencias de aprendizaje importantes, que dieron forma a la científica en la que se ha convertido. Mirando hacia atrás, dejaría que su yo más joven agregara "un poco de esto y un poco de aquello" hasta que el plato, su carrera, se convirtió en un éxito rotundo. Y de hecho, lo ha logrado de una manera impresionante.